Tres amigos mueren en un accidente y van al cielo. En la puerta, San Pedro les dice:
“En el cielo tenemos solo una norma: No piseis a las palomas”
Entran en el cielo y, joder!, está lleno de palomas por todas partes! Es casi imposible moverse sin pisar a ninguna y, aunque intentan evitarlas, al poco uno de ellos pisa a una por accidente.
Al momento se presenta San Pedro con la mujer más fea que podáis imaginar, y la encadena con unas esposas al pobre chico: “Por haber pisado a una paloma, estás condenado a pasar el resto de la eternidad encadenado a esta horrible mujer”
Al día siguiente, otro de los amigos pisa accidentalmente a otra paloma. San Pedro, que no se pierde ni una, aparece en menos que canta un gallo con otra mujer terriblemente fea y los esposa juntos para siempre.
El tercero, viendo la seriedad del asunto, pone todo el cuidado del mundo y consigue que los meses vayan pasando sin haber pisado a ninguna paloma.
Un día sin embargo, sin haber pisado paloma alguna, se le presenta San Pedro con un bombón digno de las páginas centrales de Playboy. Una rubia impresionante, alta, tostada por el sol y con unas curvas que ni la Collada de Tosses. Sin decir una palabra, los encadena juntos y se larga.
El chaval, alucinado, dice:
“Me pregunto que coño habré hecho para que me encadenen a tí”
“Yo no sé tú, -dice la chica- pero yo acabo de pisar una puta paloma”.